Un mal día (privado)

Su familia se había establecido en la ciudad hace unas cuantas semanas atrás,ellos sabían bien que el poco dinero que tenían no iba a alcanzar mucho más que para un par de meses,por lo menos el hogar que habían adquirido gracias a la venta de su antigua casa les aseguraba algo estable. Ahora la gran preocupación era encontrar un trabajo para tener el dinero suficiente en casa para todo lo relacionado con la alimentación, tanto Kazuo como su padre no perdieron más tiempo y fueron de lugar en lugar en busca de algo que hacer, el menor se conformaba con algo tan simple como un par de part time para comenzar,tales como trabajador en una comida rápida en horarios de mañana-tarde y de garzon en un pequeño restaurant a horarios nocturnos, mientras que su padre terminó tomando un buen trabajo en el hotel de la ciudad.No fue mucho tiempo después,que Kazuo comenzó a tomar peso de tener estos dos trabajos donde no le quedaba demasiado tiempo para dormir, a pesar que fueran part time, terminó teniendo un día de descanso y muchas veces llegaba a altas horas de la noche a dormir para tener que estar bien temprano trabajando en el otro lugar. Su desconcentración y poco humor en el trabajo se iba haciendo destacar con el pasar de los días, en la comida rápida su jefe constantemente le reclamaba por la velocidad del trabajo mientras que en el restaurant olvidaba o confundía los pedidos de los clientes.
Ese día había terminado como un completo desastre, sin importar del angulo que fuera visto no podía ser peor, ese viernes comenzó como todos los días en que solo debía ir al restaurant a trabajar, despertándose un poco más tarde de lo habitual, haciendo el que hacer de la casa con su madre, hasta que ella le pidió unas cuantas cosas en el mercado, fue ahí que todo comenzó; haciendo las compras un pequeño grupo de pandilleros se le acercó para joderle el espectacular día, con el objetivo de asaltarlo terminó involucrándose en una odiosa pelea que terminó con la policía tomándolos detenidos por unas cuantas horas mientras se aclaraba el problema.La preocupación como tal del joven no era la pelea o estar detenido por un par de horas, sino que no podía avisarle a su madre que estaba bien y que tardaría con el pedido.
Cuando por fin pudo volver a casa con las compras, su madre no lo estaba esperando con la mejor cara y animo del mundo, su entreceño fruncido acompañado por sus cejas empinadas, más sus ojos un tanto juntos y que pareciera que de estos fueran a salir llamas rojizas llenas de ira. La mujer se había preocupado por su hijo pero eso en estos momentos no cabía en su cabeza y menos aun cuando oyó que su querido "retoño" se había involucrado con unos pandilleros, como toda madre entró en un momento de preocupación y regaño, a pesar que Kazuo ya era bastante grande su madre siempre le iba a estar cuidando luego de haber vivido varios problemas gracias al chico en el pasado.
Eso fue solo el comienzo de su mala racha, ese día pareciera que Kazuo hubiese estado con una gran nube gris sobre su cabeza, se "dedicó" a aumentar su torpeza durante el día, tirando casi todo lo que encontraba a su alrededor, cortando su dedo tratando de pelar una fruta, cayéndose de la escalera de su casa, prepararse de temprano para irse al trabajo pero terminando por llegar demasiado tarde como para dar un excusa razonable.

-Esto es demasiado, debo dejar uno de estos trabajos...- el joven se decía a si mismo mientras atendía a unas cuantas mesas del restaurant, llevando todo completamente anotado en unas hojas para así no olvidar detalles de lo que le pedían. El problema fue que gracias a su poca concentración no supo en que momento una de las mesas que atendía había hecho la gracia del "perro muerto" y al terminar su turno, ese dinero tendría que salir de su bolsillo.El joven estaba algo desesperado, deseaba que el día terminará pronto pero entre más pensaba en ello, veía que el restaurant iba llenándose aun más, sus nervios estaban completamente de punta.

Cuando aprendi a moverme por algunas partes de la ciudad empece a hacer mi rutina de ir por todos lados para ver que encontraba de nuevo, quería conocer de esta ciudad todo cuanto podía el tiempo que fuera no sabía cuanto tiempo me quedaría aquí eso dependía enteramente de que es lo que ofreciera la ciudad.

Aunque ya tenía un lugar donde quedarme y al menos alguien con quien hablar eso aun no solucionaba mis problemas; era un tipo desempleado vago sin oficio ni beneficio. Suspire agotado el dinero empezaba a agotarse así que dedique el día entero a buscar trabajo. Sin ningun resultado. Parece que a nadie le agradaba la idea que te tuviera pircing´s puestos y me decían que parecía un malviviente. -Pues a este paso podría ser un mal viviente.- pense fastidiando pateando una piedra.

Iba a cambiar la dirección de mejor irme al departamento que rente cuando me llego el olor a comida. No comi en todo el día no culpaba a mi estomago por pedirme entrar. -Hay maldita sea.- maldije y busque en mis bolsillos era poco pero con algo de suerte encontraría algo barato.
Entre y me sente en una mesa cercana a la ventana esperando a alguien que atendiera mientras aun contaba mi poco dinero y empezaba a rogar que hubiera algo barato o empezaría a tener historial delictivo en esa ciudad.